SOLO TÚ...

SOLO TÚ...

sábado, 24 de abril de 2010

MENUDAS NOCHES

Estar embarazada es una de las experiencias más maravillosas que puede vivir una mujer, estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación porque soy una de esas mujeres que se sienten flotar por encima de todo el universo conocido, y del desconocido también. Pero alguien se ha parado a preguntarnos si es oro todo lo que reluce?? a ver, en términos generales me siento afortunada, feliz, completa, rebosante de energía, positividad, hermosura... pero no tenéis ni idea de las noches que paso...

Llega la hora de ir a la cama (que siempre intento que sea lo más tarde posible, aunque esté cayéndome desde las 8 de la tarde) y comienza la pesadilla. Te levantas cada media hora a orinar, que digo yo... de dónde cojones me sale tanto líquido??? se cuela por mis poros sin que me de cuenta y va a parar a mi vejiga?? hay algún duende malvado que me abre la boca dormida e introduce una sonda hasta mi estómago con medio litro de agua cada vez que vuelvo a la cama después de mear?? mis tejidos internos producen cantidades indecibles de líquido que mi vejiga absorbe por decisión propia?? no lo entiendo!!! si no bebo agua en toda la noche, porqué necesito mear otra vez cuando acabo de quedarme dormida???

Después está el tema "doblémonos de dolor", que, sin duda, es mi favorito, tú estás tan tranquila, tumbada boca arriba, notando cómo morfeo te atrapa, con el permiso, claro está, de tu señora bolsita de pis, y de pronto notas un pinchazo terrorífico en el bajo vientre, un dolor tan agudo y desagradable que sólo puede compararse a un dolor producido por los gases cuando ya estás a punto de explotar y no eres capaz de expulsar de tu culo ni un mínimo y asqueroso hilito de aire, no no, y estás ahi retorciéndote de dolor pensando, diosssss que desaparezcan mis pedos por favoooooorr... pues lo mismo, pero multiplícalo por 10... te retuerces en la cama, te agarras la barriga, giras de un lado a otro, respiras más rápido o más despacio, depende cómo te pille... tratas por todos los medios de no gritar (para no despertar a tu querido amor, que ronca plácidamente a tu lado mientras te encantaría agarrarle del cuello y decirle: TODO ESTO ES POR CULPA TUYA MAMONAZOOOOOOOOOOOO!!), para no despertarle, pobre, está cansado (tú no claro, no duermes más de 3 horas seguidas y te pasas el día con ganas de vomitar, dolores de todo tipo, pero tú estás fresca y divina de la muerte), y así pasas los siguientes 10 minutos, cuando por fin eres capaz de levantarte y sentarte en el baño a volver a hacer pipí, aún rabiando un poco por el dolor, y eres consciente de que son poco más de las 4 de la mañana, y que aún te queda tooooooooda una noche de aventuras por delante.

No he nombrado las ganas inmensas de echar hasta la primera papilla cuando estás en pleno retorcimiento en la cama, porque de tanto dolor, queridos y queridas, también te entran ganas de vomitar, pero para qué hacer más escatológico el momento, que ya va cargado de su dosis desagradable de detalles...

No quiero hablaros de cómo me levanto por las mañanas (pero lo voy a hacer, total, ya puestos...). Mi pelo no es pelo, es una maraña indescriptible de algo que parece cabello humano, tengo ojeras, el rictus de una abuela de 80 años, me duelen los riñones, tengo náuseas, los ojos están medio cerrados y sólo pienso en una cosa: DORMIR... pero qué hago en vez de eso?? intento olvidarme de la noche tan sumamente asquerosa que he pasado, me agarro la barriguita delante del espejo, sonrío a esa mujer demacrada que me mira, y le digo: eres afortunada pequeña, y tú también pequeño (hablándole a mi lentejilla claro), tienes una madre con dos pares de cojones, a falta de uno...

Así que, por más que me pesen las noches, por más horrible que me sienta en determinados momentos del día, insisto, adoro estar hecha una mierda, y mil veces más lo estaria a cambio del regalo que recibiré dentro de unos 8 meses. HE DICHO.

jueves, 22 de abril de 2010

UN GRAN MIEDO

Ya me han preguntado varias personas qué sentí al ser consciente de que iba a ser mamá. Bueno, si soy fiel a la verdad la primera sensación que me invadió la garganta y fue bajando hacia el resto de mi cuerpo fue MIEDO, miedo en su estado puro. Os cuento la escena al completo porque no tiene desperdicio.

06:30 aproximadamente de la madrugada, siento que me hago pis y me levanto para ir al baño. Ya tenía preparada la prueba de embarazo y el vasito de plástico en la mesita de noche, para no perder ni un minuto. Mi ciclo estaba durando ya 36 días, cosa que me tenía mosqueada, ya que suele ser de 28 a 30 días normalmente, pero bueno, todo puede pasar, por estrés, por las hormonas que últimamente las tengo más "pallá que pacá", etc. El caso es que ya no dejaba pasar un día más sin hacerme la prueba. Aún con los ojos cerrados cojo el citado vasito a tientas y voy al baño, hago mi pipí con asombrosa puntería para mi estado de sonmolencia, y meto la prueba en el vasito, cuento hasta 10 (se suponía que eran segundos, pero vete a saber si lo conté bien o no, qué más da) y la dejo encima del lavabo mientras me levanto y me miro al espejo la cara de muerta. Me sorprendo de las ojeras, a qué vienen?? he descansado bien, llevo días descansando bien, porqué tengo estas ojeras de mierda?? joder qué asco... miro la prueba de reojo, me parecen ver dos rayitas (no no no, no puede ser...), me rasco los ojos, me invade una oleada de calor que me enciende la cara, cojo la prueba y la pongo debajo de la luz, para ver bien, coño!! que hay dos rayas!! aaaaahhhhhh!!!!! me atraganto, me cojo el pelo, no sé a dónde mirar, la pared, el suelo, el lavabo, la prueba, el suelo, la prueba, el lavabo, la pared... ay ay... la vuelvo a mirar, que sí, que hay dos rayas, madre mía!!!!! PÁNICO ABSOLUTO...

Decido calmarme usando esa técnica manida de: yo puedo con esto, soy una mujer completa, tengo po... no, esto no joder... a ver... yo me controlo, me conozco, no pasa nada, a ver, estás preñada, ponerte nerviosa no puede ayudar al bichillo que tienes ahí dentro, bueno, voy a llamar a Pedro... Voy a la cama, cojo el móvil y marco "Pedro amor" (es el único pedro que tengo en la agenda, pero me encanta eso de que se note que es mi man jajaja)  piiiiiiiiiii piiiiiiiiiiiiiiii dime!! (voz con un pequeño tono de preocupación por la hora 06:48 de la mañana, cuando suelo estar roncando como una cerdita normalmente) -cariño, que tengo dos rayitas- -que tienes dos rayitas de qué?- -que me he hecho la prueba y tengo dos rayitas- -y eso significa...- -que estoy preñá joe!!- la conversación siguiente no la recuerdo bien, sé que le dije que estaba muy nerviosa, que él me dijo que me calmara, que fuera al médico, que pidiera cita para que me vieran... no lo recuerdo bien la verdad, el caso es que recuerdo una de las últimas frases que me dijo -qué guay nena!- y eso, pa mi Pedro, es: soy el hombre más feliz del mundo...

Después llamé a mi madre, me dio el ataque de felicidad absoluta, me vestí y me fui al inem a sellar que me tocaba ese día, en la cola me sentía diferente al resto, aunque no me sentía como una mujer embarazada (de hecho hoy, una semana después, aún me cuesta sentirme como una mujer embarazada), sino como una mujer que estaba feliz ante la cara de amargura que tenía casi todo el mundo en esa maldita cola...

Cuando volví a casa, después de que me dieran cita para la matrona, volví a repetir la prueba, supongo que para cerciorarme de que la primera no había fallado (cosa que era prácticamente imposible), y claro, obtuve otro positivo como un capote de grande, así que nada, yo y mi felicidad nos fuimos a desayunar y a decirle a Yacko entre risas: eyy nanooo vas a tener un hermanito humano... que seguramente te va a destrozar en cuanto pueda tenerse en pieeee... (espero y deseo que Yacko no entendiera nada de lo que le dije, sino, pobre, yo me hubiera fugado).

Lo único que deseaba esa mañana es que pasara rápido y que llegara Pedro a casa, achucharle, mirarle a los ojos, ver su expresión, adivinar sus pensammientos... yo qué sé!! estaba pletórica... el día transcurrió así, sobándome la barriga (tremendamente hinchada, empiezo a tener complejo de globo sonda), sonriendo, suspirando, con gusanillo en la boca del estómago, y pensando no sé cuántas paranoias más.

Confieso que esta responsabilidad a veces me parece tan tremenda que se me hace enorme e interminable, se trata no sólo de traer un hijo sano al mundo, parte en la que prácticamente todo depende de ti, y algo de parte del destino, sino de traer al mundo un ser que dependerá de ti una serie de años en los que deberás procurar hacer de él una gran persona, con valores, sentido común, libre... y es tanta la responsabilidad, y tantas las ganas, se mezcla ese terror escénico con la seguridad de sentirte capaz de hacerlo, es una sensación muy interesante y ambigua. Por un lado dices: joder joder la que se me viene encima, debería empezar por dejar de decir tacos... y por otro dices: esto va a ser pan comido, somos perfectamente capaces de hacer que todo funcione... qué hermosa contradicción!!

Ahora estoy disfrutando de todos esos síntomas que tenemos la embarazadas de casi 6 semanas, unas más y otras menos (yo soy de las que más... sí...), náuseas, mareos, ascos, dolores de riñones, de ovarios, de espalda, arcadas, ganas de llorar incontrolables, y a la vez ganas de reir, también incontrolables claro, sino, no tendría gracia... pero sabéis qué?? que nunca en mi vida me ha hecho tan feliz sentirme tan hecha mierda!